12 de mayo: celebramos el Día Mundial de la Mujer Matemática
Hoy quisimos homenajear a aquellas que aportaron en áreas que, por mucho tiempo, fueron vistas como inusuales e incapaces para su género. Académicas que son un ejemplo y pueden inspirar a futuras profesionales a irrumpir en espacios históricamente ocupados por hombres, dejando atrás los roles y otras limitaciones culturales.
En 2019 fue la primera vez que se reconoció un día para homenajear a las mujeres que se desempeñan en las matemáticas. La idea la propuso el Comité de Mujeres y Matemáticas de la Sociedad Matemática Iraní en medio del World Meeting For Women in Mathematics. La efeméride fue fijada para el 12 de mayo, fecha en que nació la gran matemática iraní Maryam Mirzakhani (1977 – 2017), destacada por su desempeño como distinguida profesora y aportes en geometría hiperbólica, teoría ergódica, teoría de las superficies de Riemann y geometría simpléctica, desarrollados en las universidades de Harvard, Princeton y Stanford y en el Clay Mathematics Institute. Estos trabajos la convirtieron en la primera y única mujer en ganar una Medalla Fields, premio internacional otorgado por la Unión Matemática Internacional que reconoce descubrimientos sobresalientes en esta área. Fue una mujer destacada por su deslumbrante inteligencia, talento y determinación, los cuales —a pesar de su lamentable muerte temprana a sus 40 años, debido al cáncer de mama — quedan hoy como su legado.
Así como Mirzakhani, muchas otras mujeres a lo largo de la historia también han forjado su camino en el mundo de las matemáticas. Un espacio que sigue, estadísticamente, teniendo mayor presencia masculina. Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Melbourne registró la brecha de género en el mundo científico, con datos de 36 millones de autores de más de 10 millones de artículos publicados en 6.000 revistas científicas de los últimos 15 años. En el documento, se estimó que en Chile el 36,8% de las personas que trabajan en ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina son mujeres. Y no solo esto, sino que además faltarían 78,4 años para alcanzar la paridad en estas áreas.
Es por ello que, en el tercer año que se conmemora este día internacional, queremos destacar la importancia de mujeres en esta ciencia y homenajear a aquellas que han aportado enormemente a ella. Quizás muchas no han recibido el suficiente reconocimiento, especialmente, considerando que varios de los descubrimientos y teorías que te enseñaban en el colegio y/o universidad fueron inventados por ellas. A continuación, te dejamos a algunas de las mujeres matemáticas más influyentes de la historia.
Hipatia (355 o 370-415)
Nacida en el siglo IV, es considerada como la primera mujer matemática y una de las primeras científicas del mundo. Es una figura mítica y un símbolo de mujer revolucionaria, rupturista y libre. Es más, en su tiempo, fue perseguida por la religión cristiana por su capacidad crítica y enorme inteligencia al cuestionar ideas de la época. Se dedicó a estudiar, durante toda su vida, la geometría, el álgebra y la astronomía. Uno de sus aportes más significativos, fue la mejora del diseño de instrumentos científicos, por ejemplo, el astrolabio, el cual tiene como función determinar la posición y la altura de las estrellas en el cielo.
Elena Cornaro Piscopia (1646-1684)
Nacida en Venecia, siempre destacó por ser una niña con gran capacidad cognitiva. Desde temprana edad hablaba siete lenguas, dominaba instrumentos musicales, así como las áreas de la lingüística y la filosofía, por decir algunas. Aunque siempre se inclinó más por lo científico, como las matemáticas, física y la astronomía. Cornaro fue la primera mujer en conseguir un doctorado.
Maria Agnesi (1718-1799)
Fue una destacada filósofa, matemática, lingüista, filántropa, escritora y teóloga italiana. Es considerada como la primera mujer en redactar un manual matemático. Dentro de sus aportes más reconocidos se encuentran dos extensos tomos que versan sobre álgebra, cálculo integral y diferencial.
Sophie Germain (1776-1831)
Esta científica francesa aprendió matemáticas completamente sola, de manera autodidacta. aprendió matemáticas de forma autodidáctica. En medio de la Revolución Francesa, Germain se dedicó a explorar esta rama. Cuando decidió estudiar en la Escuela Politécnica de París, la facultad no admitía a mujeres. Esto no la detuvo y continuó sus estudios de forma independiente, por medio de apuntes prestados de otros alumnos. Presentó —bajo un pseudónimo— su trabajo final, el cual impresionó al matemático Joseph-Louis Lagrange, quien terminó convirtiéndose en su mentor. En los aportes de Germain se encuentran en la teoría de números y en la teoría de la elasticidad. Más tarde, por sus investigaciones, fue galardonada con El Premio Extraordinario de las Ciencias Matemáticas de la Academia de Ciencias de París.
Ada Lovelace (1815-1852)
Su madre le heredó una pasión por las matemáticas desde su infancia. A los 17 años Lovelace conoció a la eminencia de Mary Somerville y a Charles Babbage, el creador de la máquina analítica. Este último quedó impresionado con las capacidades cognitivas de Lovelace, de manera que le ofreció traducir un texto que hablaba sobre su invento y estaba en francés. Lovelace, además de traducirlo, añadió una serie de notas que contenían descripciones de programación —las primeras en el mundo— y otros conceptos nuevos como “bucle”. Junto con esto, inventó algoritmos que generaban que la máquina de Babbage realizara cálculos complejos. Por esto y más, Lovelace es considerada la primera programadora de la historia.
Florence Nightingale (1820-1910)
Desde temprana edad, Nightingale, tenía grandes capacidades para las ciencias y matemáticas. A pesar de esto, su pasión siempre fue la enfermería y se formó en esta disciplina. Cuando estalló la Guerra de Crimea, estuvo a cargo de un hospital militar en Turquía. Cuando regresó a Londres, ideó una enorme base de datos, donde registró la muerte de casi 20.000 soldados. Esta habilidad deja en evidencia la destreza matemática que siempre tuvo la enfermera, logrando presentar datos de forma gráfica y entendible. Información que incluso utilizó el gobierno para mejorar las condiciones de vida de los soldados.
Sofia Kovalevskaya (1850-1891)
Las paredes de la habitación donde Kovalevskaya pasó su infancia estaban llenas de apuntes matemáticos de su padre. Estos los estudió casi automáticamente desde muy pequeña. Más tarde, cuando su tío notó su gran destreza matemática, convenció a su hermano, el padre de Kovalevskaya, a inscribirla en una escuela. Posteriormente, buscó salir del país y estudiar. Para lograr esto, se casó en 1868 con solo 18 años. Tuvo que solicitar permisos especiales para asistir a clases y también sesiones particulares a prestigiosos matemáticos. Finalmente, con todo en contra, Kovalévskaya presentó tres trabajos de investigación: Sobre la teoría de ecuaciones en derivadas parciales, Suplementos y observaciones a las investigaciones de Laplace sobre la forma de los anillos de Saturno y Sobre la reducción de una determinada clase de integrales abelianas de tercer orden a integrales elípticas. Su primer trabajo fue aceptado y se le concedió el grado de doctora. Ya en 1868 comenzó sus estudios en universidades alemanas, en una época donde recién se admitían mujeres. En 1883, en Suecia, logró conseguir un puesto como profesora de matemáticas en la Universidad de Estocolmo. A lo largo de su trayectoria, la matemática tuvo grandes cargos: fue editora de la revista científica Acta Mathematica, fue profesora en la cátedra del Departamento de Mecánica y la primera mujer en la historia elegida como asociada de la Academia Imperial de las Ciencias de Rusia. Fue la primera mujer que se doctoró en matemáticas y consiguió ser profesora de una Universidad. Además de esto, fue galardonada con prestigiosos premios, como el el Prix Bordin de la Academia de Ciencias de Francia. Sus investigaciones se centraron en el análisis matemático y su nombre pasó a la historia por el Teorema de Cauchy-Kovaleskaya.
Emmy Noether (1882-1935)
Según Einstein, Noether fue “el genio matemático creativo más importante desde que comenzó la educación superior de las mujeres”. Pero, tal como muchas mujeres evidencian al enfrentarse al área de las matemáticas, la académica tuvo que esquivar muchos obstáculos para lograr todo esto. A sus 18 años no pudo estudiar en la universidad, ya que solo le permitieron estar en las clases como oyente. A pesar de esto, así, estudió profundamente y puso atención en cada clase, logrando destacar en el examen final. Noether fue la segunda mujer en obtener el título de doctora en Matemáticas. Más tarde, luego de años de trabajo, la Universidad de Göttingen la invitó a colaborar en las teorías de Einstein. En el contexto de la Alemania Nazi, Noether migró a Estados Unidos, donde pasó el resto de sus días, donde trabajó y dedicó su vida a los estudios de álgebra.
Lillian Lieber (1886-1986)
Nacida en Rusia, se trasladó con su familia a Estados Unidos. Ahí, más tarde, estudió en universidades como Barnard y Columbia, donde sacó finalmente su doctorado. Se desempeñó como profesora y fue jefa del Departamento de Matemáticas en la Universidad de Long Island. Lieber pensaba que no se sabía entusiasmar a los jóvenes con las matemáticas y física, y que sólo se les enseñaban teorías modernas y la parte lógica. Es por ello que buscó impulsar y difundir los mismos conocimientos, pero en libros accesibles, comprensibles e incluso humorísticos o con ilustraciones. Entre sus trabajos, destacan especialmente Geometría no euclidiana (1931) y La teoría de la relatividad de Einstein (1945).
Olga Lavyzhenskaya (1922-2004)
Nacida en Rusia soviética, siempre tuvo un muy buen rendimiento en la escuela. A pesar de ello, no pudo ir a la universidad ya que su padre había sido asesinado por el régimen estalinista. A raíz de esto, Olga junto a sus hermanas tuvieron que trabajar para vivir. Así terminó enseñando clases en colegios. Más tarde con todo su esfuerzo, pudo ir a la Universidad de Moscú, donde consiguió su grado de doctora. Siguió una prestigiosa carrera como profesora de la Universidad de Leningrado, presidenta de la Sociedad Matemática de San Petersburgo y miembro de la Academia de las Ciencias Rusa, entre otros cargos. Su gran mente y arduo trabajo la convirtió en una de las pensadoras científicas más importantes del mundo. Sus investigaciones en ecuaciones diferenciales parciales, dinámica de fluidos y ecuaciones hiperbólicas, así como sus conocimientos en áreas como la oceanografía o la aerodinámica, siguen impactando hasta el día de hoy en áreas como la meteorología o la medicina cardiovascular. La predicción meteorológica que ves día a día en el tiempo, después de las noticias, es en parte por las ecuaciones que resolvió Ladyzhenskaya que ayudan a anticipar el movimiento de las nubes.
Estas son algunas de las mujeres que forjaron en la historia un camino para las mujeres en esta área. Tampoco podemos dejar de destacar a algunas chilenas: Adelina Gutiérrez (1925-2015), primera mujer en nuestro país en obtener el grado de doctora en Astrofísica, quien redactó varias publicaciones científicas y colaboró en distintos proyectos astronómicos. Justicia Espada Acuña (1893-1980), primera mujer en Sudamérica en entrar a estudiar Ingeniería Civil (tenemos un perfil de ella en nuestra sección Inspiradoras). Guacolda Antoine Lazzeri (1908- 2015), destacada profesora de matemáticas y la primera mujer decana de la Universidad Técnica del Estado (UTE). Hizo clases durante décadas en el emblemático liceo Lastarria y vivió hasta los 107 años, resolviendo problemas matemáticos hasta el final de sus días.
Asimismo, debemos mencionar a mujeres que en el mundo contemporáneo también siguieron el camino científico y continúan inspirando: Gladys West (1939), quien estudió modelos satelitales geodésicos y sus datos durante los setenta, lo que permitió crear el Sistema Global de Posicionamiento o GPS. Frances Northcutt (1943), matemática que trabajó para la NASA y fue crucial en el rescate del Apolo 13.
También la física Margaret Kivelson (1928), es considerada como la mayor experta en Júpiter, cuyo trabajo ha llevado a enormes hallazgos espaciales. De hecho, hoy, con más de 90 años, sigue participando en estudios y misiones que emprenderán rumbo en los años que siguen. Karen Uhlenbeck (1942), primera mujer en recibir el Premio Abel –conocido como “el Nobel de las Matemáticas”. Es una una de las mentes más destacadas del siglo XX en esa ciencia por sus diversos trabajos la geometría, y la intersección entre matemáticas y física. Además de esto, la académica siempre ha tenido una gran preocupación en abrir caminos para las mujeres en este campo. Otro ejemplo es la joven ingeniera y doctora en Ciencias Katie Bouman (1989), quien a sus 29 años estuvo a cargo del equipo de informáticos que aplicó el algoritmo necesario para crear la primera imagen obtenida de un agujero negro. ¡Hay muchas más!
Si bien queda un largo camino por recorrer, es un hecho que el número de mujeres matemáticas alrededor del mundo sigue y sigue aumentando, siendo las barreras cada vez más pequeñas. Si conoces y quieres destacar a alguna talentosa mujer matemática ¡Escríbenos!