Katharina Harf : “Sé que este es el legado de mi madre al mundo y que su vida continúa en el trabajo que hacemos”

La alemana Katharina Harf, lleva consigo una historia digna de inspiración y es que el cáncer de su madre, cuando ella solo tenía 14 años, llevó a su padre a crear una fundación para encontrar donantes de células madres compatibles y así salvarle la vida. A pesar de que para su mamá fue muy tarde, la Fundación DKMS se ha expandido a nivel mundial y ha salvado miles de vidas alrededor de todo el mundo. Katharina actualmente es la vicepresidenta y una de las personas que lidera esta ejemplar iniciativa. 

Por Gabriela Palominos C.

Esta historia comienza cuando Katharina Harf tenía 14 años. Su madre Mechtild Harf fue diagnosticada con leucemia y le informaron que el único tratamiento era un trasplante de médula ósea. Comenzaron a buscar posibles donantes dentro de su familia, pero nadie resultó ser compatible, por lo que tuvieron que buscar un donador no emparentado. 

Katharina cuenta que en ese tiempo había solo 3.000 potenciales donadores de células madre en el registro de su país, Alemania. Ante el hecho de que su madre enfrentaba cada vez más obstáculos y dificultades para encontrar un donante compatible. “Mi padre, el Dr. Peter Harf, decidió aplicar sus prolíficas habilidades comerciales a la pregunta de cómo dar a su esposa, y pacientes como ella, una mejor oportunidad de supervivencia. La respuesta parecía clara: más donantes no emparentados significaban mayores oportunidades para todos los pacientes que lo necesitaban” cuenta Katharina. 

Fue de esta manera que su padre fundó DKMS el 28 de mayo de 1991, y en el primer año de operaciones lograron ampliar el registro de 3.000 donantes a 68.000. A pesar de los tremendos  esfuerzos de su familia y la lucha diaria a la que se enfrentaban, Mechtild no logró sobrevivir. Sin embargo, ese sería solo el comienzo de lo que hoy ha podido salvar a pacientes alrededor de todo el mundo. Ya que, tal como ella misma cuenta: “antes de que mi madre muriera, hizo que mi padre le prometiera que no dejaría de luchar hasta que cada paciente tuviera un donante compatible y una posible segunda oportunidad en la vida. Desde entonces, mi padre y yo hemos mantenido la promesa”. 

Para 1995, DKMS ya se había convertido en el registro de donantes de células madre más grande del mundo y desde entonces Katharina, su padre Peter  y todo el equipo, han trabajado incansablemente para cumplir con su misión: brindarle a la mayor cantidad posible de pacientes con cáncer de sangre una segunda oportunidad.

Katharina Harf


¿Cómo ha sido trabajar con tu papá en esta Fundación?

Parece extraño, ya que el motivo por el que trabajamos juntos proviene de un momento tan triste, pero trabajar con mi padre es uno de los mejores momentos de la historia de nuestra familia. 

En 2004 cuando abrimos la primera sucursal internacional de DKMS en EE.UU., él y yo trabajábamos juntos casi todos los días. Este fue uno de los mejores momentos de mi vida, ya que fue increíble, no solo el hecho de pasar tanto tiempo con él, sino también aprender de él y de su vasta experiencia como líder empresarial. Como padre, nos crió y enseñó a mi hermana y a mí la importancia de la generosidad, el servicio y la empatía, pero como socio comercial me mostró cómo enfocar esos rasgos de una manera que maximice el impacto que podemos tener en el mundo. A raíz del fallecimiento de mi madre, mi padre siempre recalcó la importancia de la familia y ahora que trabajamos juntos podemos llevar esa filosofía a DKMS, porque al final del día esa es la razón por la que estamos aquí y por la que continuamos luchando: el amor de una familia. La familia es la que nos apoya a sobrellevar todo, aún cuando estamos en nuestros puntos más bajos. La familia es lo que nos fortalece cuando enfrentamos lo imposible y tomamos en cuenta nuestra mortalidad. La familia es lo que nos ayuda a soportar todo, incluso los momentos que parecen dolorosos o intrascendentes, con significado y un propósito para seguir adelante. El hecho de que no solo pueda compartir mi vida personal con mi padre, sino también mi vida laboral, es algo que apreciaré y agradeceré por siempre.

“El hecho de que no solo pueda compartir mi vida personal con mi padre, sino también mi vida laboral, es algo que apreciaré y agradeceré por siempre”.

¿Sientes que, de alguna manera, la fundación DKMS es en parte un legado de tu madre?

¡Sí! Para mí y mi familia no hay forma de separar a mi madre y la inspiración que nos dio de los éxitos de DKMS y de las decenas de miles de pacientes a los que hemos podido brindarles una segunda oportunidad en la vida. Su tenacidad y generosidad están plasmadas en la filosofía de DKMS y continúan entregándonos motivación para nuestro trabajo y deseo de no detenernos hasta que el trabajo esté terminado. No solo mantenemos viva la memoria de mi madre como familia, sino que trabajamos día tras día para honrarla y mantener vivo su nombre en el mundo. Aunque la perdí a una edad temprana, y siempre sentiré el dolor de esa ausencia, sé que este es el legado de mi madre al mundo y que su vida continúa en el trabajo que hacemos. Ella vive, al igual que a todos los que hemos perdido, en las historias de aquellos cuyas vidas hemos cambiado.

Ya llevan 30 años a nivel mundial con DKMS, ¿te imaginabas que iban a tener el alcance y participación que tienen actualmente?

Cuando comenzamos con DKMS, nadie creía que una organización privada de donantes pudiera tener éxito y les mostramos que estaban equivocados. Cuando comenzamos a expandirnos internacionalmente, muchos pensaron que las complicaciones de un enfoque intercultural causarían demasiados problemas, pero aquí estamos con más de 10,5 millones de donantes inscritos en siete países diferentes. 

Muchas veces, a lo largo de mi trabajo en DKMS, he escuchado la frase “nunca se ha hecho antes”, pero para mí solo hay una respuesta a eso: “no se ha hecho… todavía”. Hoy, nos estamos enfocando en uno de los mayores desafíos que enfrentamos al tratar de garantizar un donante compatible para todos los pacientes que lo necesitan, que es la diversificación del registro. 

Han tenido que enfrentar distintas realidades, accesos desiguales a la salud, brechas y diferencias en las posibilidades de encontrar donantes ¿Cómo enfrentan esto? 

Sabemos que las probabilidades de encontrar una segunda oportunidad no son iguales para todos los pacientes. Sin embargo, como todos los desafíos que hemos enfrentado durante las últimas tres décadas, nos negamos a creer que esto tampoco pueda cambiarse. Al expandir nuestras operaciones a nivel internacional e invertir en crear conciencia entre las poblaciones subrepresentadas, estaremos a la altura de las circunstancias en nombre de los necesitados y nos aseguraremos de que absolutamente todos los pacientes, independientemente dónde vivan, tengan las mismas posibilidades de tener una segunda oportunidad.

Contamos con casi 1.000 empleados en siete países de los cinco continentes, cada uno de los cuales tiene una gran inteligencia y pasión por esta causa que nos ayuda a acercarnos cada vez más a nuestra visión de un mundo sin cáncer de sangre. Entonces, creo, para responder a la pregunta de si podríamos haber imaginado hace 30 años cuánto impacto tendría DKMS ahora: ¡no solo no estoy sorprendida, sino que sé que no esperaríamos ni aceptaríamos nada menos!

“Nos aseguraremos de que absolutamente todos los pacientes, independientemente dónde vivan, tengan las mismas posibilidades de tener una segunda oportunidad”

En estos tres años en Chile ya se han reunido 78 mil potenciales donantes. ¿Crees que dentro de los próximos años este número seguirá aumentando y la gente tomará más conciencia sobre la importancia que tiene esta iniciativa?

En todos los países en los que DKMS tiene operaciones, incluido Chile, sabemos que la clave para aumentar los registros es la educación y la concientización. Para la gran mayoría del público, no hay mucha familiaridad con la donación de células madre y, desafortunadamente, a menudo la información que se conoce no es correcta. Por eso es tan importante no solo compartir historias de pacientes para subrayar las razones por las que necesitamos donantes, sino combinarlo con información educativa sobre lo que realmente implica la donación y destacar a los donantes que pueden hablar sobre sus propias experiencias. 

En Chile hemos visto un gran crecimiento en los últimos tres años y la belleza de eso es que sabemos que este crecimiento es exponencial. Es como ese viejo comercial, “le dices a dos amigos y ellos le dicen a dos amigos…”, cuantos más donantes tengamos que compartan sus historias y experiencias, más conocerá el público en general y es más probable que no solo respondan a nuestras campañas de registro, si no que, incluso, nos busquen. También estamos muy orgullosos de que la actividad de trasplantes en Chile esté aumentando y mejorando, y estamos poniendo todos nuestros esfuerzos en apoyar a los centros de trasplantes locales, los equipos médicos y pacientes para ampliar el acceso a opciones de tratamiento de calidad. Los cimientos en Chile son sólidos y sabemos que esto significa que nuestros horizontes aquí son brillantes y prometedores.

¿Qué les dirías a aquellos que aún no se han inscrito o que no conocen bien el propósito de la fundación?

A quienes no conocen nuestra organización o la donación de células madre, les recomiendo que visiten nuestra página web y revisen la información que hay. Existe una gran cantidad de información sobre la necesidad de donantes, cómo es realmente la experiencia de donación, lo que implica, y qué impacto puede tener su decisión en la vida no solo de los pacientes, sino también de sus amigos, familiares y comunidad. Durante los últimos treinta años he tenido la suerte de presenciar la generosidad y la compasión de donantes de todo el mundo y he llegado a creer que hay pocas experiencias que sean tan gratificantes tanto para el que recibe este regalo como para quien lo da. La belleza de ser un donante es que no es necesario tener alguna habilidad, experiencia o capacitación especial para salvar una vida, solo necesita ser tu mismo. No hay nada como eso en el mundo. Todo lo que tiene que hacer es ir a www.dkms.cl para registrarse y recibir un kit de registro por correo. Registrarse solo toma unos minutos, pero esa decisión podría significar una última oportunidad para un paciente que lo necesite.

“La belleza de ser un donante es que no es necesario tener alguna habilidad, experiencia o capacitación especial para salvar una vida, solo necesita ser tu mismo”

Te contamos cómo ser parte de DKMS

Para inscribirte debes ingresar a www.dkms.cl También puedes seguir sus redes sociales, conectarte con los casos, conocer cifras de donantes registrados y las segundas oportunidades que se les han entregado a quienes luchan diariamente con esta enfermedad. 

Instagram: @dkms_cl

Facebook: @DKMS.chile 

Teléfono: +569 5853 1266

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