Gabriela Sánchez “Me dieron el diagnóstico como un pésame”

Gabriela Sanchez es matrona y docente, y desde que su hijo Cristián nació, con Síndrome de Down, se dedica a acompañar a familias que reciben un hijo(a) con este síndrome. Además dirige un taller deportivo para niños entre 5 a 10 años en situación de discapacidad o necesidades educativas especiales.

Por Francisca Irribarra Olivos.

Gabriela Sánchez es madre de tres hijos, Constanza, Mariana y Cristián, matrona de profesión y docente universitaria. Su vida cambió cuando dio a luz a su hijo menor, Cristián, a quien le diagnosticaron Síndrome de Down. En aquel minuto Gabriela nunca había escuchado nada sobre este síndrome y tampoco conocía a gente con esta condición, por lo que se pasó los siguientes meses leyendo y aprendiendo sobre este tema.

“Cuando nació Cristián me dieron el diagnóstico como un pésame, yo no quería que nadie lo mirara con lástima a él o a mí, yo ya amaba profundamente a mi hijo. Mi mamá, cuando él nació, me dijo: el mundo va a mirar a Cristián como tú lo mires, así que a mí siempre me van a ver orgullosa y feliz de ser su mamá”.

Según la Revista Chilena de Salud Pública de la Universidad de Chile, la tasa de Síndrome de Down en Chile es de 2,47 por cada mil nacimientos, con tendencia al aumento, al igual que en el resto de Latinoamérica. En Chile el objetivo principal del diagnóstico antenatal, a diferencia de otros países donde está legalizado el aborto eugenésico, es atenuar los efectos emocionales que produce la noticia. Sin embargo, en general el diagnóstico es post natal.

Una problemática a nivel nacional y que Gabriela experimentó en el nacimiento de su hijo. “En Chile es muy bajo el diagnóstico prenatal de Síndrome de Down, por lo que la gran mayoría de las familias nos enteramos de este resultado al momento del parto”.

Cuando fue el momento de volver a trabajar, Cristián tenía un año de edad, por lo que Gabriela pensó en ayudar a otras mujeres con la misma condición que su hijo ya que “No quería que otras mamás tuvieran la mala experiencia que yo tuve y empecé a hacer acompañamientos a las familias que recibían el diagnóstico de Síndrome de Down de sus hijos en la Clínica Dávila”, luego Gabriela creó el programa de acompañamiento que después se convirtió en el Programa de Seguimiento para Personas con Síndrome de Down.

Gabriela en esas reuniones habla de su experiencia a las demás familias, les cuenta sobre el programa, el seguimiento médico y de lograr una atención temprana para el desarrollo del menor, “Yo voy a escuchar y contar un poco mi experiencia, que la pena es normal y que es parte del “duelo inicial” por el diagnóstico inesperado. Yo voy a felicitar a esa mamá y a ese papá que probablemente nadie le ha dicho”.

En Chile existe una ley de inclusión escolar, donde niños y niñas tengan el acceso a una educación inclusiva de calidad, que promueva la no discriminación y aceptación de la diversidad. Para avanzar en temas de inclusión, Gabriela enfatiza que a nuestro país aún le falta un largo camino por recorrer “Me gustaría que la educación y la estimulación temprana no dependan de los ingresos de las familias, que sea un derecho garantizado por el Estado. Además, no nos sirve de nada poder darles educación si en Chile la inclusión laboral está tan al debe”.

Cuando Cristián tenía tres años no existían instancias deportivas para niños preescolares con Síndrome de Down, por lo que su madre creó un equipo deportivo para que niños y niñas entre 5 a 10 años pudieran hacer deporte en un ambiente óptimo con todas las adecuaciones que necesitaran, “Todo era para jóvenes o adultos, ahí cree el equipo Guerreros FC, @guerrerosfc21 en Instagram, que hoy ya lleva 4 años de funcionamiento (…) El deporte es crucial en la vida de los niños, y esta instancia ha sido muy provechosa para todos”.

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