Más allá de los sellos: Cómo elegir alimentos saludables a la hora de comprar

Hace ya algunos años, convivimos en Chile con los famosos sellos negros, pero ¿sabemos realmente interpretar el etiquetado de alimentos? Para esto, hablamos con Francisca Aparicio, del Laboratorio de Asistencia Técnica de la Escuela de Alimentos de la PUCV, quien nos entregó interesantes datos al respecto.

Por Francisca Orozco.

En Chile, un 75% de la población adulta tiene sobrepeso (OCDE, 2019).

¿En qué debemos fijarnos a la hora de comprar un producto envasado?

Debemos fijarnos en sellos,  etiquetado nutricional (dar importancia a la cantidad de calorías, hidratos de carbono disponibles, azúcares y sodio, ya que estos nutrientes en exceso son dañinos) y en los ingredientes, debido a que algunos productos pueden contener ingredientes “alérgenos”, esto quiere decir que puedan producir alergias con graves consecuencias: shock anafiláctico, taquicardia, urticaria, etc

 ¿Es el sello negro un indicador definitivo de que un producto es poco saludable?

Sí, el sello negro nos alerta a primera vista que un producto es poco saludable porque contiene un alto aporte en sodio, azúcares , grasas saturadas o calorías en base a su porción recomendada, lo que puede ayudarnos a superar de manera rápida la “dosis diaria recomendada” (DDR) del elemento que se encuentra en exceso. Por lo general hay que privarse de consumir este tipo de alimentos y sobre todo de aquellos que cuenten con más de un sello.

Los sellos negros, deben ser utilizados en todos los alimentos que contengan una cantidad excesiva de azúcares, calorías, grasas saturadas o sodio gracias a la “Ley de etiquetados” que se implementó en 2017.

¿Nos puede entregar tips para elegir alimentos más saludables?

Lo primero que debemos ver cuando compramos un alimento envasado es en la cantidad de ingredientes que estos alimentos contienen. Una lista demasiado larga de ingredientes es señal de que es un alimento muy procesado, con muchos aditivos y preservantes y se aleja de lo que podemos considerar como “sano”

Menos ingredientes, más sano y menos procesado.

Lo segundo sería fijarse en la porción sugerida, ubicada en la tabla nutricional por unidades tales como gramos, mililitros o unidades caseras (rebanadas, cucharadas). Por lo general estamos habituados a consumir porciones mayores a las indicadas en el envase, por lo tanto, fijarnos en las porciones indicadas en el envase sería una buena guía para mejorar nuestros hábitos alimentarios. 

Lo tercero sería poder comparar productos, esto se hace fijándose en los valores informados en 100g . En algunos alimentos se puede encontrar una indicación como ” Reducido en ” lo cual no significa que sea el más saludable.

Lo cuarto sería poner atención no solo en la cantidad de nutrientes, sino que también en su calidad. Por ejemplo, la grasa, hay que tratar de evitar productos que contengan grasas saturadas y grasas trans, porque nos generan problemas de salud. Al contrario que elegir productos que tengan un mayor contenido de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, ya que son beneficiosas para el organismo. Por ejemplo, el aceite de oliva rico en Omega.

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