Marsha P. Johnson: Su importancia en la lucha por los derechos de la comunidad LGTBQ+
Bien sabemos que el mes de junio es considerado Mes del Orgullo. La historia detrás de por qué se escogió dicho mes para hacerlo, es producto de lo que se conoció como los disturbios de Stonewall, donde miembros de la comunidad LGBTQ+ no se dejaron reprimir por la policía, el odio y dio paso a décadas de lucha que se mantienen hasta la actualidad. Pocos saben que la persona que decidió rebelarse y lanzó el primer ladrillo fue una mujer. Una bisexual, trans y racializada. Aquí te contamos sobre ella.
Por Paula Álvares A.
En los Estados Unidos de los 60s, personas parte de la comunidad LGBTQ+, no es secreto, vivían día a día distintas formas de opresión y vejaciones. Los médicos los trataban de locos, los religiosos de inmorales y las leyes los criminalizaban. Incluso, estas últimas podían llevar al cierre de locales o bares si aquellos servían alcohol a alguna persona de la comunidad, ya que lo convertía en un lugar “de desorden público”.
De esa forma, a inicios de esa década, comenzó una ola de represión en distintos bares, especialmente en la ciudad de New York. En algunos de esos locales, las personas LGBTQ+ habían encontrado un espacio de libertad y expresión en medio de tanta marginación. Uno emblemático de ellos, fue el Stonewall Inn.
Así fue como medio siglo atrás, el 28 de junio de 1969, en el barrio de Greenwich Village un viernes a las 1 am, entraron seis agentes de la policía al Stonewall Inn. Las luces se encendieron y la música paró de sonar.
Expulsaron a la calle a las —aproximadamente— 200 personas que estaban ahí: homosexuales, lesbianas, bisexuales y drag queens. Es sabido que este tipo de actos no era algo nuevo. Pero algo sí lo fue: una persona se atrevió a contestar a la represión. Les lanzó un ladrillo.
De ahí en adelante nada se detuvo. Normalmente los jóvenes solían huir de la policía, pero esta vez se cansaron y pelearon en contra de ella. Así comenzó lo que se denomina como los disturbios de Stonewall, lo que hoy se conoce como la cuna de la lucha activa por los derechos LGBTQ+ y se conmemora cada junio como el Mes del Orgullo.
Es por esto que en este mes, creemos relevante recordar a la persona que lanzó ese primer ladrillo: Marsha P. Johnson.
Así se relata en el libro Stonewall. El Origen de una revuelta de Martin Duberman. El autor desmitifica el suceso, ya que explica que es común la creencia de que quienes habían comenzado la revuelta eran “tipos gays, cisgénero y blancos”. Incluso en la actualidad, la marcha Pride se ve envuelta en el mismo mito. Pero él explica que fueron principalmente las mujeres trans, racializadas y trabajadoras sexuales las que comenzaron este movimiento.
Esto, aludiendo a Johnson. Mujer transgénero, afroamericana, activista, drag, artista y trabajadora sexual. Según el consenso general de los historiadores, fue ella quien comenzó el levantamiento.
Nació el 24 de agosto de 1945 en New Jersey. A los 5 años comenzó a usar vestidos. Desde esa época, donde enfrentó maltratos por su identidad y expresión de género, hasta el fin de sus días sostuvo una batalla por el respeto y reconocimiento de la diversidad.
A sus dieciocho años decidió irse a New York, con solo una maleta de ropa y $15 dólares en el bolsillo. Todo esto en una fecha donde se criminalizaba tanto a la población negra, como a la comunidad LGBTQ+.
En ese contexto complejo, Johnson alternaba su personalidad: era Malcolm (deadname asignado al nacer) y Black Marsha, su expresión e identidad femenina.
Ahí se bautizó como Marsha P. Johnson. La “P” en medio, hace alusión, según quienes la conocieron, a su frase célebre y modo de enfrentar la vida: Pay it no mind (No le prestes atención). Esta oración daba como consejo a los jóvenes que, como ella, vivían opresiones de distintos tipos, a lo que respondía:
—No le prestes atención.
Muchas personas de la comunidad LGBTQ+ sostienen esto como un lema para responder a la discriminación que enfrentan (lamentablemente) hasta la actualidad.
Una vez en el barrio neoyorquino Greenwich Village, Johnson decidió dedicarse a la prostitución. Este trabajo era común entre miembros de la comunidad que no tenían hogar, dinero y nulas oportunidades laborales para sobrevivir.
Johnson siempre fue conocida en el barrio por ser fabulosa. Ya sea en lo externo: ella misma confeccionaba su ropa, de las formas más vanguardistas y excéntricas, llena de plumas, collares y flores. Así como en lo interno: nunca pidió permiso para ser quien era y llevó su identidad con orgullo, incluso en un ambiente que propiciaba todo lo contrario. Un claro ejemplo de esto, como ya comentamos, fue cuando a sus 23 años de edad decidió contestarle a la policía y no quedarse callada. De ahí que Marsha P. Johnson se convirtiera en un símbolo para la lucha por los derechos LGBTQ+. Lucha que, según muchos, no puede entenderse sin la influencia de Johnson.
A lo largo de su vida, Jonhson siguió dedicándose al activismo y al arte. En los 70s fue miembro del grupo drag The Hot Peaches, fue modelo para Andy Warhol, y fundó junto a su gran amiga de lucha, Sylvia Rivera, la fundación Street Transvestite Activist Revolutionary (STAR), el cual daba apoyo, ayuda y refugio a personas trans en situación de calle. En la década de los 80s fue parte del movimiento ACT UP, que buscaba visibilizar la pandemia del SIDA y conseguir leyes que protegieran a los contagiados.
Ahí se bautizó como Marsha P. Johnson. La “P” en medio, hace alusión, según quienes la conocieron, a su frase célebre y modo de enfrentar la vida: Pay it no mind (No le prestes atención).
Tras una vida que alternaba la libertad y la lucha, a sus 46 años, la activista fue encontrada muerta. El 6 de julio de 1992 fue encontrado su cuerpo en el río Hudson. Su fallecimiento fue rápidamente calificado como un suicidio y la policía cerró el caso. Las sospechas de un crimen de odio —teniendo en consideración su alta tasa en contra de la comunidad LGBTQ+— siguieron latentes. Tras múltiples protestas para dilucidarlas, el caso fue reabierto en 2012 y aún sigue en investigación.
¿Quién mató a Marsha P. Johnson? Es la pregunta que quienes la admiran se hacen hasta el el día de hoy.
Aquí te dejamos un documental que se basa en la misma interrogante y también profundiza sobre más episodios de la vida de Marsha ‘Pay it no mind’ Johnson, un ícono cuyo significado permanecerá eternamente para quienes luchan por los derechos LGTBQ+.